Caldas de Aregos, Resende
Cuenta la historia que a fin de facilitar el cruce del río, los primeros reyes de Portugal crearon, para la gente pobre de aquel entonces, las llamadas «barcas de por Deus» (Barcazas de Dios), que permitían el cruce gratuito del río en los lugares que el pueblo necesitaba más. Este fue el caso de Caldas de Aregos, donde la reina doña Mafalda colocó una barcaza que permitía el cruce del río para llegar a las termas.
El barco, que ahora hace esta travesía, fue bautizado con el nombre de Barca d’Aregos, evocando así las barcazas que hace decenas y centenas de años atrás transportaban a la gente de Caldas de Aregos a la otra orilla del río, donde, en la estación de Tormes, iban en tren a Oporto o al Alto Douro, en una época en que éste era el único medio de transporte disponible en la región.